Emilio Nuñez Arenas, in memoriam


 

Cualquiera que haya practicado la espeleo en los últimos cuarenta años en la región debió de encontrarse con él, en una senda, al borde de un acantilado, instalando la cabecera de un pozo, en el interior de una cavidad, tomando agua de una fuente o en un refugio, animando las veladas con mil historias, cuentos y canciones, porque su presencia ha sido continuada en los distintos macizos kársticos de nuestra geografía, desde el Calar del Río Mundo a las frías sierras conquenses.

Y es que Emilio no ha hecho más, ni menos, que desarrollar el principio de “vale quien sirve” de sus años juveniles desde que creara con otros muchachos un pionero grupo de espeleo que bautizaron con el desconcertante nombre de “Huesos”. Desde aquellos lejanos años setenta se ha mantenido el grupo activo de su mano, dado su carisma y el espíritu de liderazgo que siempre ha ejercido. Cuando no lo ha presidido siguió siendo la figura de referencia y su dinamizador.

Emilio, uno de los primeros Técnicos Deportivos de esta federación, bombero de profesión es y ha sido el «alma mater» de la espeleología y el descenso de cañones en Ciudad Real y una de las columnas firmes de esta federación.

Descanse en paz.